viernes, 25 de enero de 2013

"La nueva maternidad es aquella en la que la mujer ve la maternidad como una oportunidad de crecimiento personal"

Hace tiempo que seguimos el blog de Louma, Amor maternal. Y lo hacemos porque disfrutamos con los consejos de esta odontóloga fascinada por el mundo del parto natural, la lactancia materna y la crianza respetuosa. Tanto, que esta venezolana residente en Barcelona ya ha escrito dos libros sobre el tema, Una nueva maternidad y Reflexiones sobre la Crianza Respetuosa, que puede adquirirse en Amazon. De todo ello nos habla en esta entrevista:



Louma Sader. Entrevista para Kiss and Cakes.
Louma Sader. Entrevista para Kiss and Cakes. Imagen de Paula Dietz.
Empezamos la entrevista, si me lo permites, jugando con los títulos de tus libros. El último, publicado en 2012, lleva por título “Reflexiones sobre Crianza Respetuosa”. ¿En qué consiste la crianza respetuosa?

La crianza respetuosa, tal y como explico más detenidamente en el primer capítulo del libro, no es una doctrina ni un método de crianza; es más bien una filosofía de vida. Se centra en el respeto hacia el niño como individuo, a sus necesidades, tanto físicas, como psicológicas y emocionales. Procuramos buscar el bienestar del niño, tratarlo con empatía, respeto, comprender y satisfacer sus necesidades en la medida de lo posible. Si no trataríamos o hablaríamos con un adulto en un determinado tono de voz o usando ciertas palabras que etiquetan o son peyorativas, ¿por qué hacerlo con un niño?

En la crianza respetuosa no tenemos recetas mágicas, ni cronómetros para dejar llorar a los niños tantos minutos antes de consolarlos -tal y como indican algunos métodos conductistas para el adiestramiento del sueño- tampoco tenemos gurús. Lo que sí hemos encontrado son algunos autores que nos animan a confiar en nuestros propios instintos; es más bien un "confía en ti, conoces a tu hijo, lo vas a hacer muy bien", que un "ven que te enseño cómo criar a tu niño".

En mi nuevo libro, Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, recopilo mis mejores artículos sobre el abordaje respetuoso de los temas que más preocupan a los padres de niños pequeños: el llanto, el sueño, las rabietas, los conflictos, la lactancia materna, la crianza en brazos, y mucho más.


El anterior libro, de 2011, se titula “Una nueva maternidad”. El mismo juego: ¿En qué consiste esa “nueva maternidad”?, ¿en qué se diferencia de la maternidad "de siempre"?

La nueva maternidad es aquella en la que la mujer ve la maternidad como una oportunidad de crecimiento personal, como una parte gozosa de su feminidad, de su ciclo vital como ser humano y como mujer y disfruta -con consciencia- de cada etapa; tanto de la concepción, como del embarazo, del parto, del puerperio, de la lactancia y de la crianza y educación de sus hijos.

No percibe la maternidad como una obligación ni una carga, sino que fluye dentro de ella, se dedica a ella con información y placer. Contrasta opiniones, investiga, se documenta de fuentes fiables y, a su vez, también aprende a confiar en sí misma; en sus instintos.

Es una maternidad en la cual la mujer-madre se halla empoderada y desde ese poder y realización personal tiende la mano a otras madres. Como comentaba antes, tal y como sucede con la crianza respetuosa, no hay gurús, en ambas vemos una relación horizontal, tanto entre la madre y el hijo, como entre la madre y otras madres con las que forma una tribu y crían juntas -sea de manera virtual, como por ejemplo a través de las redes sociales, blogs y nuestro libro- como de manera presencial, como sucede con los grupos de apoyo a la lactancia, los grupos de crianza y de juego.

En la maternidad "de siempre" -intuyo que te refieres a la que impera en las sociedades occidentales- teníamos gurús, la madre no confiaba en sus instintos, no se informaba por su cuenta como sucede ahora gracias a la cantidad de información científica y muy valiosa que tenemos en la punta de los dedos gracias a internet, sino que cedía su poder a un pediatra, a un autor, como por ejemplo Ferber, Estivill, Hogg, y similares que básicamente te dicen qué hacer. Sin cuestionarlos, muchas veces en lugar de empoderarse, obedecían como madres a lo que dictaban estas "autoridades".

Tus libros han gozado de gran éxito y te han permitido conocer a miles de mujeres-mamás y compartir sus dudas y preocupaciones. ¿Cuáles son las dudas -o los miedos- más frecuentes a las que se enfrenta una mujer antes de ser madre?

Sí, afortunadamente ambos libros han gustado muchísimo, ambos vienen de blogs, detrás de los cuales ya había una comunidad de madres, tanto entre sus lectores, como en sus redes sociales.

Una Nueva Maternidad reúne a quince autoras, madres blogueras y Reflexiones sobre Crianza Respetuosa se basa en mis artículos más leídos, compartidos y comentados de Amor Maternal sobre la temática de la crianza respetuosa.

Creo que lo que más nos preocupa antes de ser madres es el momento del parto, creemos que va a doler, que no sabremos hacerlo, mientras que si nos entregamos al momento, si nos documentamos bien previamente y luego en el momento apagamos la mente, vemos que al confiar en nuestro cuerpo, éste sabe qué hacer en la mayoría de los casos.

Más adelante surgen otras preocupaciones, como la lactancia, el llanto, las rabietas, etc. que podemos manejar también desde la confianza, tanto en nuestros propios instintos, en nuestro cuerpo como mujer, en nuestros hijos. Desde la empatía, la horizontalidad y el amor.

¿Y cuáles son las principales sorpresas que depara el hecho de ser madre?

Creo que a muchas nos sorprende el puerperio, ese momento en el que el bebé te demanda mucho, y tú te das cuenta de tus carencias emocionales de la infancia, en que no te sientes tú, en que puedes llegar a pasar días sin cuidarte, ducharte o dormir o comer bien.

En ese momento te hallas sola ante un ser que te demanda por completo, que exige cada minuto atención, mimos, contacto, cuerpo materno, pecho, mirada, movimiento y calor. Si te entregas a la ola, si estás acompañada y sostenida, saldrás del puerperio conociéndote mejor y con una relación de apego seguro con tu hijo.

Dices que te fascina el mundo del parto natural. ¿Por qué lo recomendarías a una mujer que está indecisa?

Como te comentaba anteriormente, si te entregas como animal a lo que te dicta tu cuerpo, te sorprendería ver cómo al apagar la mente, éste sabe qué hacer, en qué posición ponerse, cómo parir y alimentar tu cría. Estamos un poco desconectados de nosotros mismos, del instinto, y para eso va muy bien documentarnos, hacer yoga, tener al lado una doula, una matrona que pueda orientarnos un poco, y sobre todo: confiar en nuestro cuerpo.

El parto natural ofrece la mejor llegada al bebé, el mejor nacimiento tras un embarazo normal. El paso del bebé por el canal del parto estimula su aparato respiratorio, su sistema inmunológico, entre muchas otras ventajas. Si se respeta la intimidad mamá-bebé y la necesidad de contacto piel con piel inmediato y prolongado durante la primera hora (como mínimo) tendremos una mucho mejor probabilidad de tener éxito con la lactancia materna. Ver reptar a un hijo recién nacido y engancharse solito al pecho es una experiencia única, hermosa e inolvidable,

Cada vez más mujeres se dan cuenta de la importancia de la lactancia materna. ¿Qué argumentos le darías a una madre que no es partidaria de ella?

Para serte muy sincera no me gusta hablar de las ventajas de la lactancia materna. Me explico, el amamantamiento viene siendo el estándar, el rasero con el que se mide cualquier otra opción para alimentar a un niño en edad lactante; por lo cual, más bien deberíamos hablar de las complicaciones de la falta de lactancia en caso de usar otros alimentos como por ejemplo fórmulas lácteas. Si la lactancia materna es el cero, cualquier otra opción siempre estará en algún punto negativo.

La lactancia es un proceso fisiológico, y como los demás procesos fisiológicos, entre los cuales respirar, digerir, etc. es placentera (cuando las cosas van bien) y no tiene por qué doler. Existe la falsa creencia de que es esclaviza, pero a mí, sinceramente no me lo parece en lo absoluto.

La lactancia materna es práctica, económica, higiénica, saludable tanto para la mamá como para el bebé a nivel físico y emocional, además de ser fácil. Si tenemos al lado una asesora, o acudimos a un grupo de apoyo desde bien temprano, podremos abordar los pequeños problemas que pudieran surgir en el camino de forma rápida y continuar con una lactancia exitosa.

Creo que no debemos convencer ni persuadir a nadie para dar el pecho más sí dar información veraz. Lamentablemente abundan los mitos, las falsas creencias en torno a la lactancia, y hablo de ello en Reflexiones sobre Crianza Respetuosa. Esa desinformación, junto con la desconexión con nuestros instintos y la falta de referentes de lactancia dificultan el amamantamiento. Si cerramos esa brecha, con información correcta, apoyo y dando un lugar natural a la lactancia dentro de la sociedad (¿por qué es un tabú dar el pecho en público? ¿por qué es válido mostrar los pechos para la publicidad de una ferretería más no para alimentar a nuestros hijos?), creo que poco a poco se irá recuperando la cultura de la lactancia -tan dañada por el boom del biberón y las leches artificiales de hace algunas décadas y que tanto daño ha hecho.

Sí, la lactancia artificial salva vidas, en casos muy concretos, pero también causa una serie de problemas de salud en el bebé, y digamos que la falta de lactancia materna le quita una serie de beneficios tanto a la mamá como al bebé. ¿Entonces por qué no hacer aquello para lo cual la sabia naturaleza nos ha dotado?

¿Eres partidaria del colecho?, ¿qué beneficios tiene para el bebé?

Soy partidaria de la crianza respetuosa, de respetar al bebé, sus necesidades. Si un niño necesita compañía y contacto nocturno -la mayoría lo necesita- soy partidaria de dárselo. Tanto para respetar y satisfacer la necesidad -legítima- del niño, como para poder descansar.

Levantarte cuatro o cinco o más veces por noche a hacer la rutina pecho o biberón, luego mecerlo, cuando se duerme profundamente intentar ponerlo en su cuna, llora desconsolado, luego vuelta a empezar y todo sin quedarte tú dormida porque entonces 'no lo podrás sacar jamás de tu cama' me parece una cosa complicadísima. Además no es sostenible, al cabo de unas semanas o meses la falta de sueño te va a afectar. Si pruebas dar el pecho en la cama y tu bebé se duerme ahí contigo plácidamente, pues salen ganando todos: el bebé y la mamá están cerquita, por lo que mamá podrá responder a sus necesidades rápidamente, por ejemplo si tose o necesita el pecho y podrán continuar durmiendo los dos sin espabilarse.

El colecho además de natural, cómodo y práctico, es seguro; ayuda a prevenir, junto con la lactancia materna, la incidencia de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. De manera que en los países en los que el colecho es habitual, ni siquiera se conoce el SMSL. Existen ciertas recomendaciones de seguridad obvias como no dormir con tu bebé en una cama de agua, ni con cobijas muy gruesas o muy mullidas, ni estando bajo los efectos del cigarrillo, alcohol o drogas estupefacientes, entre otras.

Por otra parte, si un niño -y son bien pocos los que son así por naturaleza- se duerme plácidamente en su cuna y está tranquilo y contento ahí, pues tal vez no necesite colechar, o tal vez igualmente deseen hacerlo aunque no lo reclame explícitamente.

Recordemos que somos mamíferos, que como tales estamos genéticamente programados para dormir en manada y que el bebé que duerme junto a su madre regula su temperatura corporal, su ritmo cardíaco y yo diría que incluso sus ondas cerebrales según las de mamá.

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